En una doble jugada de alto impacto, Japón y China abrieron sus mercados a más cortes vacunos argentinos.
En una semana histórica para el posicionamiento en el mundo de la carne vacuna argentina, las dos potencias asiáticas, China y Japón -ambas ubicadas en el podio de las mayores economías del planeta- acordaron con nuestro país habilitaciones comerciales de este producto, tan emblemático como valioso de nuestra producción agroindustrial.
Si la metáfora es llegar al “supermercado del mundo”, ahora ese deseo es una realidad más cercana. Los avances tienen matices, pero sin dudas representan trascendentes pasos hacia adelante.
El primer logro ocurrió en Japón, la nación que posee uno de los paladares más exquisitos. Sus 125 millones de habitantes no consumen enormes cantidades de carne, pero producen poco y la pagan muy bien (en el top ten que lideran los suizos). Allí, el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, consiguió el aval de su par japonés, Ken Saíto, para que ingrese carne argentina vacuna y ovina de la Patagonia (zona libre de aftosa sin vacunación) al mercado japonés, lo cual tendrá como correlato la importación de carne japonesa -cortes Kobe- al mercado argentino.
Estiman que eso ocurrirá a fines de julio, cuando se realice en Buenos Aires la reunión ministerial G-20 de Agricultura. Sería abrir la ventana para “morder” en un mercado que en 2017 registró importaciones de carne bovina fresca o refrigerada deshuesada por más de US$ 1.900 millones, y más de US$ 1.100 millones en carne congelada deshuesada. Luego se podría ampliar la habilitación al resto de la Argentina (libre de aftosa con vacunación).
La frutilla del postre vino después. Como anticipó www.clarín.com/rural una semana atrás, Etchevehere emprendió la gira confiado en poder cerrar acuerdos que abrieran el paso a la carne argentina en estos dos países. Y lo consiguió.
Luego de 15 años de negociaciones, el mercado chino abrirá sus fronteras a la carne vacuna argentina enfriada y con hueso (hasta ahora sólo habilitaba cortes congelados y sin hueso), en un acuerdo histórico que, tras el anuncio de enero, cuando se aprobó el protocolo sanitario, ahora fue rubricado en ese país. Lo firmaron el ministro y el embajador argentino, Diego Guelar, protagonista junto al titular del Senasa Ricardo Negri (h), del gran paso al frente dado a principios de año.