Híbridos especiales, maquinaria adaptada, fertilización y conocimiento crecen a la par del área dedicada al silo de maíz, herramienta clave del crecimiento ganadero y lechero.
Por su alto contenido de grano y calidad nutricional, el silaje de maíz se ha convertido en los últimos años en el centro de la planificación forrajera de cualquier establecimiento ganadero. “Así como la siembra directa potenció a la agricultura argentina, el silaje de maíz fue la tecnología que revolucionó la producción de carne y leche en nuestro país. La participación de este insumo en las dietas pasó del 15% al 60% en las últimas décadas”, asegura Federico Sánchez, asesor de Producto de CLAAS Argentina.
El tema será uno de los protagonistas de la próxima edición de “Experiencia Forrajera y en Cosecha”, la jornada gratuita convocada por CLAAS y KWS que tendrá lugar el próximo 28 de febrero en Florentino Ameghino (Ruta 188, kilómetro 308). En esta nueva edición, el encuentro avanzará un paso más en la cadena forrajera para contemplar también a la ganadería, con presencia de animales en pie y distintas actividades que tendrán como eje mejorar la eficiencia productiva.
Según datos del INTA, en la campaña 93/94 se ensilaron apenas unas 80.000 hectáreas de maíz y sorgo, de las cuales el 90% fue picado grueso. Veinticinco años después, según datos de la CACF (Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros), en la campaña 18/19 se destinaron a silaje más de 2.000.000 de hectáreas, de las cuales 1.300.000 corresponden a maíz. Con la intensificación de la ganadería y el crecimiento del stock bovino, se prevé que esa superficie seguirá aumentando en el futuro.
“Es que el silaje de maíz nos ofrece altos rendimientos de materia seca por hectárea con buen valor energético, alta palatabilidad y bajos costos de almacenamiento. Pero para eso siempre hay que tomar las decisiones correctas en el momento oportuno”, recomienda Sánchez. En ese sentido, el experto asegura que es fundamental la incorporación de tecnología y destaca que con las picadoras actuales es posible trabajar con cultivos en estado de madurez más avanzados cercanos al 40 % de materia seca. De esta manera, se puede picar más tarde el maíz, logrando un quebrado de grano mucho más agresivo y aprovechando al máximo el almidón.
A su vez, los crackers de nueva generación SHREDLAGE pueden lacerar con más profundidad la fibra del grano. Esto permite una mejor digestión de la vaca y dietas más equilibradas que derivan finalmente en una mayor producción de carne y leche del animal. Otro de los beneficios que apunta el experto es la posibilidad de trabajar indistintamente en el cultivo de maíz o sorgo. De esta manera, se afecta en muy baja medida la capacidad de trabajo y el consumo de combustible de la máquina picadora.
El desempeño de estos crackers podrá verse en vivo en la próxima jornada del 28 de febrero en Ameghino junto a otras herramientas, como la que permite reducir al máximo las pérdidas de material al momento de la descarga durante el picado. Se trata de una cámara 3D ubicada en la jirafa de la picadora que, ayudada por unos sensores laser, detecta automáticamente el borde de la batea del camión y distribuye el material de manera uniforme dentro del remolque. La acción transcurre de manera automática y sin ningún tipo de intervención por parte del operario hasta que el carro forrajero se llena hasta los bordes sin que caiga material afuera.
Un punto que está creciendo en Argentina es el uso de inoculantes y aditivos que mejoran la fermentación, evitan la proliferación de hongos y ayudan a la conservación del silaje en el tiempo. En este caso Sánchez recomienda monitorear la temperatura de la solución dentro del tanque de inoculante: “Es que la viabilidad de una amplia gama de inoculantes bacterianos sufre una marcada caída cuando la temperatura del agua utilizada en la mezcla supera los 35 °C”. Sin embargo, aclara que las máquinas de nueva generación poseen un nuevo sistema de inoculación endotérmico que permite aislar al máximo el tanque de la temperatura ambiente.
Por último, el asesor de Producto de CLAAS considera a la regulación inteligente de la presión de inflado de los neumáticos como otro de los grandes adelantos tecnológicos de las picadoras. Con este sistema, que se aplica tanto en el eje delantero como en el trasero, la máquina detecta en forma automática cuando está en posición de trabajo con el cabezal desplegado. En esa posición, disminuye la presión de inflado para poder incrementar la superficie de pisado y transitar por el lote con menor compactación. Luego, al plegar el cabezal, el mismo sistema incrementa la presión para circular sin problemas por caminos de tierra, ripio o asfalto, cuidando la vida útil del neumático.
Cómo confeccionar un nutritivo silaje de maíz será solo uno de los tantos temas forrajeros y de cosecha que se abordarán en la jornada del 28 de febrero en Ameghino
Publicado el 23/02/2020
Por Clarin