En este sentido, Agustín Barbera, especialista de la Chacra Experimental Integrada Barrow, sostuvo que la ganadería tiene un gran potencial para reciclar y generar un real secuestro de carbono. “Esto permitiría, no sólo neutralizar las emisiones de gases de efecto invernadero, tales como el metano, sino tener balances positivos al hacer un correcto manejo del pastoreo”, agregó.

Por su parte, Florencia Jaimes, especialista en sistemas ganaderos sustentables de la Unidad Integrada Balcarce, Buenos Aires, comentó: “En el actual contexto ambiental, los pastizales cobran gran relevancia, ya que permiten secuestrar hasta una tonelada de carbono por año, actuando como verdaderos sumideros”.

De esta manera, remarcó la necesidad de entender que la ganadería regenerativa es una alternativa muy interesante y trascendental en este contexto de cambio climático. “No alcanza con sustentar, hay que regenerar”, sostuvo.

Barbera explicó que es una práctica que está en auge, Además, comentó que hay un interés por parte de los ganaderos.

Según el investigador, incrementan la calidad y cantidad de pasto, lo que repercute en la producción y sus rendimientos. “Si bien entender los procesos biológicos lleva su tiempo, una vez aprehendidos se simplifica la tarea, lo que da cierta estabilidad y tranquilidad”, sostuvo.

El especialista destacó que en la ganadería regenerativa no hay una receta y explicó que hay que tratar de acompañar los procesos biológicos que suceden en los sistemas productivos. “Hoy, esto no sucede. Hay una intervención muy drástica mediante cultivos de una sola especie y anual, de modo constante. Esto genera un desequilibrio de los procesos biológicos”, agregó.

Jaimes explicó que una propuesta agroecológica para los sistemas ganaderos puede ser el modelo agrosilvopastoril incorporando biodiversidad funcional y sinergias en el agroecosistema. “Sumar árboles al diseño pastoril en el paisaje ganadero pampeano implica una modificación rotunda, que pocos productores pueden abordar o financiar”, concluyó.